martes, 13 de abril de 2010

Previsiones optimistas del Gobierno (otra vez)

Hace un par de semanas me preguntaron acerca de las diferencias entre las tasas de crecimiento esperadas de la economía española publicadas por el Gobierno y por el Banco de España. Como supondrán ustedes la pregunta venía a cuento de que el organismo supervisor acababa de publicar unas cifras de crecimiento inferiores a las del Gobierno. Entonces comenté algo que ha pasado creo que desapercibido, tal vez porque la Semana Santa no es el mejor momento para hacer declaraciones o, tal vez, porque a nadie, salvo a mi madre, le interesan mis declaraciones.

Lo que creo que pasó desapercibido fue la cautela con la que el Banco de España se afirmaba en sus conclusiones. En concreto decía este organismo que para realizar sus cálculos había dado por buenas las previsiones sobre deuda y déficit públicos realizados por el Gobierno que es de quien dependen, al fin y al cabo, estos dos parámetros. A renglón seguido, el Banco de España añadía que tales previsiones de nuestro ejecutivo le parecían optimistas y que de ser peores, también serían peores, lógicamente, sus cifras de crecimiento. Ahora, varios servicios de estudios privados, públicos y de organismos multilaterales parece que se unen a esta tesis: la deuda y el déficit público españoles difícilmente serán los que dice el Gobierno español, sino que serán mucho mayores, lo que incidirá en unas cifra de crecimiento menores aún y en mayores tasas de paro que las que se están pronosticando.

Tal vez por eso el usufructuario de La Moncloa declaró ayer al Financial Times que va a reducir el déficit "al coste que sea". Expresión que ya demuestra su ignorancia porque, para reducir el déficit, precisamente lo que hay que hacer es no incurrir en costes. Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional, ya ha indicado que para 2014 España habrá bajado desde el noveno puesto hasta el duodécimo en la clasificación de países con mayor producto interior bruto del mundo. Seguiremos siendo ricos, pero relativamente menos. Lo grave es la fuerte caída: tres puestos en cuatro años, cuando para pasar del puesto décimo al noveno habíamos dedicado los últimos treinta y cinco años, porque subir es muy difícil pero caer no. Y si no, miren los últimos setenta años de la historia argentina.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario