jueves, 15 de abril de 2010

Hacia la deuda pública europea

Es difícil entender que los políticos entiendan tan poco el mercado. Grecia colocó antes de ayer las emisiones de deuda pública que tenía proyectadas a tipos realmente altos: sus letras a un año se pagarán al 4,85% frente al 0,73% que está pagando a igual plazo España. Las solicitudes de títulos griegos superaron siete veces la oferta. Es decir, hubo demandas de títulos por parte de inversores que no fueron aceptadas por el Gobierno griego porque estaban dispuestos a prestar pero a más interés. En el futuro, estos inversores deberán bajar sus pretensiones si quieren comprar deuda helena. Eso sí, los que han comprado estas letras se han llevado un papel que, en principio, goza de toda la garantía europea, que no la griega, pero a un tipo estupendo.

El mercado está ahora virando hacia Portugal para crear la misma oportunidad: títulos con garantía europea y altos tipos. Portugal se comprometió a pagar ayer en una subasta el 1,72% por su deuda a dos años mientras que España paga el 1,52%. Por la deuda a diez años su compromiso fue del 4,34% frente al 3,88% español o el 3,23% alemán. Finalmente, dada la debilidad de los gobiernos europeos para asumir fuertes recortes de su déficit, lo que reduciría los tipos de interés a que se endeudan los mismos, y como son incapaces de negar el apoyo financiero de los países con menos problemas a los que más, los especuladores han encontrado el modo de obtener títulos con plenas garantías y alta remuneración: no acudir a las colocaciones de deuda de los países más débiles en el convencimiento de que al final la Unión Europea se hará cargo de dar garantía cuando los tipos hayan subido lo suficiente. Al final, la cuadratura del círculo: alta remuneración y bajo riesgo.

Los especuladores sólo hacen su trabajo: sacar rendimiento de los errores de los políticos. Es por eso que los políticos los odian tanto: les dejan de estúpidos. No haber socorrido a Grecia tal vez hubiera generado la suspensión de pagos griega pero, a cambio, los mercados habrían parado su estrategia que ahora pretenden repetir con Portugal, y así hasta que la deuda pública nacional de cada miembro de la Unión sea deuda de la Unión y goce de la garantía de la Unión, que no será mejor que la garantía alemana o la francesa, pero sí mejor que la garantía del resto de naciones. Lo que hay que ver es cuánto están dispuestos a aguantar Francia y Alemania, porque cada nueva garantía dada a otro miembro va contaminando la calidad de su deuda y el tipo que ellos pagan por la suya.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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