lunes, 31 de mayo de 2010

A buenas horas mangas verdes

El sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), cuya página web -www.gestha.es- les recomiendo visitar de vez en cuando, publicó la semana pasada un interesante estudio sobre el nivel de endeudamiento absoluto y, lo que es más interesante, relativo o por habitante de los municipios españoles. El más endeudado, como ustedes saben, es el de Madrid, con mucho: más de siete veces más endeudado que el de Valencia, que es el segundo en términos absolutos, y un 65% más que el segundo en términos relativos que es Málaga.

Así, Madrid debe casi 7.000 millones de euros, unos dos mil por habitante o, lo que es lo mismo, algo más de 1,1 billón de pesetas, o casi trescientas cincuenta mil por habitante. Su Alcalde, señor Ruiz-Gallardón, de acuerdo con los aires de austeridad que comienzan a soplar entre nuestras autoridades, ha anunciado que a partir de ahora que finaliza el contrato de renting de su actual coche oficial, contratará uno nuevo por el que pagará sólo 7.500€ al año, por un automóvil cuyo precio de contado no llega a los 29.000 euros. Me parece bien. E incluso me habría parecido bien que el Alcalde hubiera venido disfrutando hasta la fecha, dada la importancia de la ciudad que gobierna, de un automóvil de no sé… digamos unos 60.000€, por el que hubiera pagado un renting de 15.000 euros anuales, más o menos. Pero no, el señor Ruiz-Gallardón venía disfrutando del uso de un automóvil cuyo valor era de 600.000 euros -cien millones de pesetas- por el que se pagaba un renting de 150.000 euros o 25 millones de pesetas anuales.

Con ese poco amor y respeto hacia las contribuciones de los ciudadanos madrileños, no me extraña que la deuda municipal haya llegado a los extremos que ha llegado. Y con una clase dirigente como ésta repartida por todas nuestras administraciones, no me extraña que las finanzas públicas españolas estén al borde del desastre. Ahora podemos recortar los gastos todo lo que queramos, pero el exceso de gasto de estos años atrás financiado con deuda pública, lastrará la recuperación de España varios años. Cuando vean al señor Ruiz-Gallardón recuerden que con sus impuestos no sólo están pagando el coche que utiliza ahora, lo que es razonable, sino que todavía están pagando el último que utilizó, lo que no lo es tanto.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

viernes, 28 de mayo de 2010

Más allá de la oferta y la demanda, de Wilhem Röpke

Hacía varias semanas que el viernes no se hacía esperar tanto. Por lo menos para los que estamos un poco atentos a la cosa pública en general y a los mercados financieros en particular. Recuerden que volvimos del fin de semana con una caja intervenida, los mercados enfurecidos y la posibilidad de que el jueves el Gobierno perdiese una importante votación en las Cortes para nuestra situación económica actual. Pero al fin es viernes.

Vayan a la biblioteca o a la librería y busquen este libro que les voy a recomendar. Más allá de la oferta y la demanda, de Wilhem Röpke, autor alemán que ya les recomendé en otra ocasión y que fue, entre otras cosas, el artífice del milagro económico alemán dirigido por aquel magnífico presidente que fue Adenauer. El profesor Röpke no sólo afirma que la economía de mercado es la única compatible con la libertad individual del hombre y el respeto al Derecho por parte del Estado, sino que el desarrollo de la misma no es sólo un problema puramente mecánico de aplicar unos principios de economía política. La economía de mercado funciona cuando tiene la humildad de reconocer que está limitada por unos principios de orden superior.

Algún socialdemócrata al uso me dirá que para eso está el estado del bienestar. Claro que eso es no entender nada: unos principios de orden superior no son el criterio cambiante del individuo que ejerce el poder en cada momento, como nos ocurre con frecuencia en Occidente. Lo que Röpke pensaba era que el estado del bienestar es un estado-billetera que acaba en la sumisión del individuo, como bien había experimentado él mismo, uno de los primeros profesores represaliados por los nazis en la Alemania de los años treinta. La política social no debía, en su opinión, sustituir al mercado libre, pero el mercado libre debe estar sujeto a los principios antes apuntados.

Creo que lo aclara muy bien esta cita: "Tan de temer es que la exageración de los derechos de la sociedad degenere en colectivismo como que las demasías de los derechos individuales desemboquen en el límite extremo del anarquismo. La propiedad privada degenera en plutocracia, la autoridad en esclavitud y opresión, la democracia en capricho y demagogia". Recuerde, pues, la cita: Más allá de la oferta y la demanda, de Wilhem Röpke.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

jueves, 27 de mayo de 2010

El Estado Social de Derecho

Ya saben que el asunto de hoy es saber si el Gobierno de la Nación sacará adelante el decreto en el que se materializarán los recortes apuntados por el usufructuario de la Moncloa el pasado día 12. En principio, tiene un voto de ventaja a su favor después de que CIU, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro anunciaran ayer su abstención. No soy nada optimista sobre la forma en que ni el Gobierno ni el resto de partidos están enfocando este problema de excesivo gasto público español, porque la situación es tan dramática que no es un problema de elegir entre unas medidas u otras, sino, muy probablemente, de aplicarlas todas y a la vez.

Los perjudicados por las acciones que se tomen no son más culpables que los menos perjudicados; puede que ni siquiera los españoles seamos culpables, pero sí somos responsables de haber elegido a este Gobierno aunque no lo hayamos votado y, nos guste o no, tenemos que asumir el error. A esta situación nos ha llevado la degeneración de la democracia en que se ha convertido el Estado desde que dejó de ser de Derecho para ser Social de Derecho. El Estado Social de Derecho es una compleja maquinaria en la que cualquier grupo -el cine por ejemplo- intenta sacar ventaja del presupuesto público a costa del resto de contribuyentes. A la larga eso nos arruina y, lo que es más importante, nos hace menos libres a todos.

Debemos recordar todos que el presidente Cleveland vetó en 1880 una decisión del Congreso de los Estados Unidos de ayudar a una comunidad que había sufrido un desastre con 10.000$ de los de entonces, con esta frase: "Es deber de los ciudadanos mantener al Gobierno, no es el deber del Gobierno mantener a los ciudadanos". En esta frase está condensado lo que es un gobierno austero. Nuestros actuales gobernantes, sin embargo, nos han hecho creer que ellos pueden y deben sostenernos, y eso es mentira. Al final los mantenemos sin mirar lo que gastan, y encima no exigimos porque creemos que pagan ellos. La libertad comienza por que cada uno se pague sus gastos.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Hacia la argentinización de España (y II)

Últimamente me llaman muchos amigos y familiares para preguntarme si están seguros sus ahorros en sus respectivos bancos y cajas. No sé quién ha difundido la idea de que hay peligro en los depósitos de nuestros ahorros en las entidades financieras, pero no es cierto.

Yo no les voy a decir que nuestro sistema financiero es el más seguro del mundo, pero sí que no hay que temer. Les explico: nuestros ahorros están asegurados por depositante y entidad en 100.000€ por los fondos de garantías de depósitos, que son tres: uno para bancos, otro para cajas y otro para cooperativas de crédito que incluye las cajas rurales. Esto no es un seguro público. Estos fondos, aunque gestionados por el Estado, se nutren de las contribuciones realizadas durante años sólo por las entidades aseguradas y muy anteriormente por el Banco de España. Sin embargo, estos fondos no serían suficientes en una situación de problemas generalizados como los actuales.

La garantía está en el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, que puede llegar a aportar hasta 99.000 millones de euros para salvar el sector, previa emisión de la deuda pública correspondiente. La garantía está además en la política de la Unión Europea, que se ha comprometido a poner 750.000 millones de euros para que los estados miembros puedan hacer frente a su deuda. Visto así, como depositantes, no debemos temer mucho.

El problema de estas políticas es otro: los volúmenes de deuda son tan elevados, que se están financiando mediante la emisión de moneda por parte del Banco Central Europeo. Eso generará una inflación importante durante los próximos años y una pérdida de valor de nuestros depósitos, salarios y pensiones. Es una política que a mí me gusta calificar de argentina ,pero con una diferencia en nuestro favor: Argentina hubo un momento en que no pudo emitir pesos porque ya nadie se los aceptaba; Europa todavía puede seguir emitiendo euros aunque cada vez éstos valdrán menos. No despreciemos el ejemplo argentino, que sólo nos saca treinta o cuarenta años de ventaja en la aplicación de una política económica nefasta, y vayamos pensando en cambiar porque, como dice el tango, veinte años es nada.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

martes, 25 de mayo de 2010

Hacia la argentinización de España (I)

Ya ven ustedes cómo están las cajas de ahorros. Digamos que moviditas. En las próximas semanas los movimientos se acelerarán después de los sucesos del fin de semana último. Recuerden que el 30 de junio tienen que estar solicitadas todas las ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (el FROB), porque la que no esté solicitada a esa fecha habrá que solicitarla en Bruselas que, visto como está España, no estará por autorizar más ayudas públicas.

La regulación del FROB lo dotó con 9.000 millones de euros ampliables en 90.000 millones más, es decir lo dotó con billón y medio de pesetas ampliables en otros 15 billones. No intenten imaginarse las cifras. Han perdido el sentido dada la facilidad de las autoridades occidentales para inventar nuevas cantidades. En las próximas semanas, las cajas irán pasando por el FROB para pedir sus ayudas, y el FROB muy probablemente tendrá que ir haciendo nuevas emisiones de deuda para poder darles las ayudas. Los partidarios de las mismas les dirán que éstas se cobran a suculentos tipos de interés cercanos al 8%. Es cierto, pero lo que también es cierto es que toda la deuda pública española, no sólo la que emita el FROB para conceder las ayudas, resultará más cara.

El FROB contabilizará un beneficio por la diferencia entre el tipo al que se financia y el tipo al que cobra los apoyos a las entidades, pero no recogerá en sus cuentas el incremento del coste del endeudamiento público. Ese coste aparecerá en los presupuestos públicos y podría llegar a ser hasta superior al beneficio del FROB. Eso sin contar las posibles insolvencias que pudiera cosechar este organismo. En cualquier caso, los mercados acusarán en las próximas semanas esas ayudas con subidas de la prima de riesgo que se aplican a los bonos públicos españoles, y volveremos a sentir inestabilidades en los mercados. A largo plazo, y si el FROB no quiere cosechar insolvencias, la liquidez deberá inundar el mercado para que se deprecie el valor real de la deuda. Y de los salarios, y de las pensiones… A veces parece que la Argentina de Perón está a tres paradas de metro.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

lunes, 24 de mayo de 2010

Cuenta atrás para las cajas

Ya ven que según se acerca la fecha del 30 de junio el sector de cajas comienza a convulsionarse de manera peligrosa. El sábado de madrugada se produjo la intervención de Caja Sur por parte de las autoridades. El domingo ya nos estaban diciendo el importe de las ayudas y señalando a los culpables de que sean necesarias. Ayudas se habrían dado incluso en el caso de que la dirección de la caja intervenida hubiera aceptado la solución que quería la Junta de Andalucía -la fusión con Unicaja-, sólo que el beneficiario de las mismas habría sido la entidad resultante de dicha fusión en lugar de la intervenida y, en último término, de las entidades que participen en la adquisición de la misma. Ayudas se habrían dado incluso si la Junta de Andalucía hubiera aceptado la fusión que Caja Sur pretendía con Caja Murcia. Al fin y al cabo, la regulación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) así lo contemplaba.

Caja Sur ha sido una institución perseguida por la Junta de Andalucía porque se ha resistido al intervencionismo político de ésta por lo menos durante los diez últimos años, pero hete aquí que en los últimos cinco la caja se ha gestionado mal y se ha puesto a los pies de los caballos de sus enemigos. Mientras estuvo bien gestionada pudo resistirse a los embates políticos. Ahora no tenía argumentos porque necesitaba la prometida ayuda pública, que no es sino el mecanismo por el que el poder político va aumentando su esfera de intervención en la vida privada de los ciudadanos, bajo la excusa de ayudar a algunos con el esfuerzo de la mayoría.

Nos quedan cinco semanas para agotar el plazo de las ayudas -hasta 99.000 millones de euros, 6,6 veces el importe del recorte de gastos que anunció el usfructuario de la Moncloa el pasado día 12 en las Cortes- que el FROB puede aplicar a las entidades. Lo que no esté solicitado a esa fecha, requerirá la autorización de Bruselas, que no debe estar por que España continúe endeudándose. Así que nos quedan cinco semanas de pasión en el sector de cajas.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

viernes, 21 de mayo de 2010

Política económica. Seis lecciones sobre el capitalismo

En 1959 Ludwig Von Mises dio seis conferencias magistrales en la Universidad de Buenos Aires. Hacía poco que Perón había abandonado el poder -que recuperaría años después- y el país al que había dejado arruinado. De hecho, Argentina no ha vuelto a ser lo mismo, una de las cuatro o cinco naciones más ricas y con mayor nivel de vida del mundo, tras el paso de este césar que más bien era un Atila.

La transcripción de las conferencias, porque Mises sólo escribía un breve esquema con el que seguir un orden durante su exposición, fue hallado por su viuda tras la muerte. Ella, con todo el cariño de una mujer enamorada, ordenó estas trasncripciones cuya lectura es mi recomendación para este fin de semana. Es un libro corto y apto para todos los públicos. Aunque Mises había escrito obras claras pero para iniciados, estas conferencias son claras y para todos los públicos. Perfectamente, como apunta su viuda, podrían ser un texto de iniciación a la economía y la ciencia política en escuelas de secundaria. Se lo recomiendo muchísimo. El libro tiene más de cincuenta años pero se reedita periódicamente porque no carece de actualidad.

Mientras el intervencionismo estatal continúe ahora, como en 1959, siendo el principal problema económico y político de las sociedades occidentales, y aunque el comunismo haya caído hace veinte años gracias a Dios, los temas que trata serán, más que los de ayer, los de mañana. Es más, cuando lleguemos a ver caer esa confabulación del poder económico Y el político que impera en las naciones occidentales bajo el nombre de socialdemocracia, economía social de mercado, economía mixta y otras denominaciones parecidas, será necesario volver a este texto. Y será necesario volver, porque como afirma el prologuista del mismo, el profesor argentino Benegas Lynch, hijo, las sociedades opulentas dan por sentadas las bases de libertad individual que permitieron su enriquecimiento, por lo que las olvidan para dar paso a los enemigos de las mismas. Ya saben: vayan a la librería, o a la biblioteca, y disfruten este fin de semana con Política económica. Seis lecciones sobre el capitalismo, de Ludwig von Mises.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

jueves, 20 de mayo de 2010

¿Quién financia la deuda española?

Antes de ayer colocó el Tesoro español casi 6.500 millones de euros en letras. Dicho en román paladino, el Estado refinanció una parte de su deuda a corto plazo. Los tipos de interés para esta financiación a corto, que se instrumenta en las denominadas Letras del Tesoro, casi se duplicó respecto de la última colocación que se realizó hace sólo un mes. Los tipos vinieron a subir un 0,85% de media, por lo que la broma hará que el coste de esta colocación sea más de 55 millones de euros más cara que la anterior. Teniendo en cuenta que la colocación del otro día es apenas poco más del 1% de lo que debemos, esta subida trasladada a toda la deuda que vayamos refinanciando en los próximos meses puede venir a costarnos casi 4.000 millones de euros anuales de intereses adicionales. Casi nada.

Es decir: 90 euritos adicionales por español y año. Vamos, que la subida de los tipos de interés que nos exigen en los mercados los ahorradores, se come para los dos próximos años la mitad de los recortes aprobados por el Gobierno. Sin embargo, si el Gobierno hubiera gastado menos en el pasado y los ahorradores hubieran temido menos por sus inversiones en deuda pública en España, los tipos habrían caído y eso que se habrían encontrado nuestras autoridades para hacer frente a su cacareada política social. Es fácil de entender, incluso para un individuo que aprendió economía en dos tardes.

Los ahorradores, por cierto, que financian la deuda española, son a veces españoles y a veces no. A veces son particulares directamente y otras a través de fondos de pensiones e inversión. A veces son aseguradoras para hacer frente a sus compromisos con los asegurados y a veces bancos diversificando, porque no todo va a ser invertir en ladrillo. Cualquier empresario sabe que la deuda puede ser necesaria para crecer, para anticipar consumos e inversiones que se presentan más necesarios ahora que en el futuro, pero también sabe que el negocio tiene que generar beneficios muy holgados antes del pago de los intereses para hacer frente a los mismos. Si no es así, se entra en el proceloso mundo de la refinanciación y los intereses crecientes, que al final matan cualquier gallina de los huevos de oro. Otra cosa es jugar a la gallinita ciega.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Lo que le dice un gestor de carteras a sus clientes en España

Ya saben ustedes que las autoridades acusan a los especuladores de haber orquestado una campaña contra el euro en general, y contra determinados países -entre ellos el nuestro- en particular. Nuestras autoridades, el señor Blanco, ministro de Fomento, al menos que yo recuerde, llegaron a asegurar que habían puesto al Centro Nacional de Inteligencia a investigar estos ataques. Investigación absurda donde las haya.

Primero, porque es muy difícil saber qué es un especulador y quién especula. Acaso usted y yo, que tenemos dinero confiado a un gestor de fondos de pensiones o de inversión al que exigimos la más alta rentabilidad para nuestros ahorros, somos unos especuladores. Segundo, porque de concluirse algo en la investigación, es difícil que cuadre en el único tipo penal que se acerca a lo que los políticos piensan que es la especulación: maquinación para alterar el precio de las cosas. En cualquier caso, y como soy un patriota, voy a dar algunas pistas a nuestras autoridades reproduciendo tramos literales de una comunicación que hacía ayer un gestor de carteras a sus clientes en España, y que me llegó por motivos profesionales: "Los mercados siguen apostando porque a pesar de que con esto (se refiere la Plan de rescate del euro) se hayan resuelto los problemas de liquidez para los dos próximos años, los problemas de solvencia van a seguir existiendo".

Otra perla: "El sentimiento de mercado está siendo probablemente excesivamente negativo. Sentimiento creado por las respuestas que están dando los políticos, ya que no están mostrando unión entre ellos". Y aquí reproduce declaraciones de los líderes europeos. Pero la perla está al final: "Nuestro objetivo es doble y con un único fin:
1º No tener riesgo soberano (es decir, deuda pública). Los bancos son los grandes tenedores de deuda pública. No tenemos bancos.
2º No tener compañías cuyas cuentas de resultados dependan del crecimiento del PIB de los países periféricos incluyendo España.
Y, por supuesto. Ganar dinero!!!".

Sin comentarios.

El gestor trabaja en un muy importante banco español. Tome nota, señor Blanco, el enemigo está en casa. Ahora se trata de saber a qué casa nos referimos para saber si el enemigo es el gestor o está en el Gobierno.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

martes, 18 de mayo de 2010

Habrá más recortes

Lo de las medidas del Gobierno para atajar la situación en la que nos encontramos va a ser un filón para este humilde columnista. Espero no agotarles a ustedes. No les voy a hablar de lo que se debió hacer en el pasado, porque no se hizo y por eso estamos como estamos. Tampoco voy a hablarles de otras medidas que se podían haber hecho en lugar de las que se han hecho porque sospecho que no estamos en situación de elegir entre recortes alternativos del gasto, sino más bien que nos veremos obligados a hacer prácticamente todos los recortes que se nos ocurran. De hecho, ayer, el presidente del Eurogrupo, el señor Juncker, afirmaba que los recortes españoles iban en la buena dirección, pero que no podía asegurar que fueran suficientes. A estas declaraciones, y para echarse a temblar, habría que añadir las de la vicepresidenta de la cosa económica, la señora Salgado, que decía que no creía que Europa nos exija más medidas.

Así, que ya saben: a todo lo que ya se ha recortado habrá que añadirle nuevos recortes. Y esto va a ser un desgaste continuo de nuestra paciencia. Sin embargo, nadie habla de la madre de todos los recortes en España: el de las comunidades autónomas. Ayer también, Standard & Poors, ese pájaro de mal agüero, ya avisaba en un informe que el déficit de las comunidades autónomas podría alcanzar este año el 20% de sus ingresos. Es decir, que por cada 100 euros de ingresos gastarán 120, pero, lo que es peor, que para 2012 podría alcanzar el 110%, es decir, que por cada 100 euros de ingresos llegarán a gastar 210 euros. ¡Casi nada!

La solución, pues, para arreglar los males económicos que nos afligen pasa por reordenar nuestra estructura política territorial hasta extremos que probablemente requieran la reforma constitucional. Si no, piensen en lo que ya les he contado tantas veces: Grecia ha reducido a una cuarta parte sus entes públicos locales y territoriales. En España, de momento, nos conformamos con hablar de que las comunidades autónomas deben reducir su gasto. Parece que ni eso será suficiente.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

lunes, 17 de mayo de 2010

Esto no ha hecho más que empezar

La verdad es que oyendo al ministro de Obras Públicas, señor Blanco, explicar el contenido de los ajustes que el pasado miércoles el usufructuario de la Moncloa anunció en el Parlamento, uno llega a creer que casi casi nos vamos a quedar como estábamos. Vamos, que o no han hecho nada o para hacer esto, no sabe uno muy bien por qué les ha costado tanto hacerlo. Tal vez por eso -porque o no han hecho nada o porque para hacer esto no había que esforzarse tanto-, los mercados continuaron el viernes último cayendo, como ya les anuncié a comienzo de la semana pasada.

Los mercados desconfían de nuestro gobierno, no sólo porque es difícil creer que dados sus antecedentes y prejuicios ideológicos vaya a ser capaz de hacer frente a una política tan impopular como la que se requiere en estos tiempos sino, sobre todo, porque miente mucho. Ayer mismo en México, el usufructuario ya estaba quitándole importancia a las consecuencias de sus medidas sobre las pensiones. Las próximas semanas serán claves para ver cómo evolucionan las cosas. Es muy probable que veamos sesiones en los mercados muy dramáticas, porque la presión de los sindicatos, la falta de concreción de las medidas anunciadas y la falta de convicción del gobierno alimentarán nuevos episodios de desconfianza hacia nuestra situación.

En cualquier caso, espero que no se les olvide que ésta es la segunda vez que España alcanza más de un 20% de desempleo y que estamos al borde de la bancarrota. La última fue en 1993 con Solbes de ministro y González de usufructuario: con un desempleo de casi el 25% y tres devaluaciones de la peseta. Y que tampoco se les olvide que este gobierno, que se ha visto obligado a recortar los salarios de funcionarios y congelar las pensiones para, junto con otras medidas, generar un ahorro de 15.000 millones de euros, aprobó una ayuda de hasta 9.000 para salvar una caja de ahorros y de hasta 99.000 millones para salvar el sector financiero.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

viernes, 14 de mayo de 2010

La caída del Imperio Romano

Es viernes, y fiel a mi compromiso de ayudarles a aumentar su formación económica voy a hacerles una recomendación. Pero no les voy a recomendar un libro: ese objeto pesado, casi sin ilustraciones ni efectos especiales, que no hace ruido ni desprende luces. Voy a recomendarles un vídeo. Como ven, me estoy modernizando. Y voy a recomendarles un vídeo que ustedes pueden ver en Internet sin cargo alguno.

Se trata de un fragmento de la clase del profesor Jesús Huerta de Soto, el pasado 9 de febrero en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, que pueden encontrar en el portal Youtube y que explica la caída del Imperio Romano en términos económicos. Es escalofriante pensar las similitudes que hay entre la política económica equivocada de los emperadores romanos y la de los actuales gobernantes, así como los paralelismos entre el devenir de aquella civilización y la nuestra. Parece que sólo nos falta que llegue la última parte, las invasiones bárbaras, que fueron un respiro -en palabras de Huerta de Soto- para unos ciudadanos hartos del abuso político y fiscal de su clase dirigente.

Sobre nuestra clase dirigente, el profesor Huerta tiene afirmaciones magníficas y llenas de verdad como que, “básicamente el Imperio Romano se derrumba como consecuencia del socialismo. Es el estado del bienestar el que acaba con el Imperio Romano: panem et circenses. Pan y circo era el lema de los gobernantes romanos. Tener a la gente contenta para que me apoyen”. Pero no es la única de las declaraciones políticamente incorrectísimas de este magnífico profesor. Les ofrezco otra: “La ayuda a la pobreza genera pobreza”.

Pero no lo duden, vayan a su ordenador, entren en Internet y en el portal de Youtube busquen los videos de las clases del profesor Huerta. Magníficos. Y comiencen por éste: La caída del Imperio Romano. Van a aprender mucho y se lo van a pasar muy bien. Y lo pueden ver en su casa mientras se toman un resfresco.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

jueves, 13 de mayo de 2010

Lo de ayer sabe a poco

Ayer mismo les hablaba de los ajustes que habían realizado Grecia y Rumania para salvar su situación económica, y les iba yo preparando así el cuerpo para las que unas pocas horas después anunció el usufructuario de la Moncloa. Creo que debemos de felicitarle, no por la diligencia, que ha sido escasa, pero sí al menos por haber corregido el rumbo de su política económica. Sin embargo, creo que todavía se podrían haber hecho algunas cosas más y algunas de ellas sin grave perjuicio, como podría ser introducir el copago en las prestaciones sanitarias o reducir la publicidad institucional, gasto superfluo que se utiliza para la propaganda a favor del partido gobernante. Es, además, necesaria la rapidez en las tres vías de actuación que el usufructuario anunció: reforma laboral, reforma de pensiones y reforma del sector de cajas de ahorros, y abrir una vía nueva: reforma del modelo territorial español.

Como les dije ayer, Grecia va a reducir a una cuarta parte, es decir un 75%, los entes públicos locales y territoriales. España también debería hacer algo parecido. Claro que eso supondría una generosidad por parte de la clase política española que nunca se le ha conocido. El discurso del Presidente del Gobierno merece ser leído, sobre todo la fase final. Tiene reminiscencias churchilianas porque nos exige a todos un esfuerzo, y reconoce que es la gente corriente la que sufre las crisis y la que tiene que soportar los esfuerzos para el porceso de recuperación. Y se agradece la sinceridad, dado lo mucho que miente este presidente.

Sin embargo, hay cosas que olvida o desconoce. La crisis no la provocaron un grupo de ricos y poderosos que el presidente no consigue identificar de manera precisa, porque sólo existe en su imaginario. La crisis la provocaron los gobernantes, un grupo de poderosos de los que él forma parte, porque no entiende lo que es la libertad.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

miércoles, 12 de mayo de 2010

El rescate de Rumanía

Ahora que estamos todo el día a vueltas con el rescate griego, que a cada español va a costar unos 250 euros, les voy a hablar de otro rescate que ha habido en la Unión Europea recientemente y que ha pasado más desapercibido: el de Rumanía, el único país de lengua latina del oriente europeo, y que fue incorporado al Imperio romano, de ahí su nombre, por el primero de los emperadores que Hispania aportó a dicho imperio: Trajano.

Rumanía ha conseguido un plan de rescate del Fondo Monetario Internacional y de la Unión Europea que ha ascendido a un quinto del aprobado para Grecia. Rumanía es, sin embargo, en términos económicos, sólo la mitad que esta última, por lo que el plan resulta un 60% más barato que el griego. España viene a ser, en términos económicos, diez veces Rumanía y cinco veces Grecia, para que se orienten de lo que podría suponer un plan de rescate para nuestra nación. ¿Y a qué se ha comprometido Rumanía a cambio de la ayuda internacional? Pues se lo cuento: a reducir el salario de los funcionarios en un 25% y las pensiones en un 15%, así como los empleados públicos en el 4%, es decir 60.000 desempleados nuevos para un país con un paro del 8%.

Pero no dejemos de lado el rescate griego, que parece más duro; pero claro, es que la ayuda es, en términos relativos, dos veces y media la rumana. Grecia se ha comprometido, entre otras cosas, al aumento de la edad de jubilación y de los años de cotización para acceder a la misma, la eliminación de las pagas extras -de Navidad y Semana Santa allí- para los funcionarios y pensionistas mejor pagados, aumento del IVA hasta el 23% (recientemente subió hasta el 21% desde el 19%), reducción de la indemnización por despido y de los límites al mismo. Grecia tiene un paro del 13% frente a España, que lo tiene del 20%. Pero lo que es más interesante de los compromisos griegos es el de reducir a una cuarta parte los entes públicos locales y territoriales, es decir, los gobiernos locales y regionales.

Tengo claro que nuestras autoridades, digan lo que digan, podrían aceptar casi todas estas exigencias si la Unión Europea o el Fondo Monetario Internacional se lo solicitaran, pero ésta de reducir las administraciones públicas locales y regiones va a ser que no.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

martes, 11 de mayo de 2010

Hay que reducir los Estados

Ya ven ustedes que estos gobiernos que trabajan para la clase obrera y persiguen a los especuladores, trabajan hasta los fines de semana para satisfacer a los segundos pero no para satisfacer a los primeros. Debe ser para que las horas que no consumen en favor de los desempleados, les genere empleos a estos, mientras que las que aplican a la resolución de los problemas financieros, reduzcan el número de operadores en los mercados. En el post de ayer les dije que la creación del fondo anti-crisis no es solución. Lo veremos en las próximas semanas.

También les dije, que la solución es, simplemente, la reducción del déficit, no el aval de la deuda, y hete aquí que ya le están solicitando al usufructuario de la Moncloa que vaya reduciendo el primero aún más que el moderado 1,5% en dos años que ha anunciado su vicepresidenta de la cosa económica. Pero es que la reducción del déficit no es bajar el déficit un poco durante un par de años, ni siquiera bajar el déficit fuertemente un quinquenio. La reducción del déficit que necesita Europa y Estados Unidos es comprender que los estados son muy grandes y que su finalidad no puede ser asegurar todo o producir de todo.

La reducción del déficit debe ser una reducción del Estado y la finalización de las políticas de control político de la economía. Lo contrario nos conduce, por otra vía distinta a la que utilizaron comunistas y nacional-socialistas, al totalitarismo que, al margen de todas las consideraciones éticas y morales que quieran añadir, es muy ineficiente en materia de creación de riqueza. En el fondo no es otra cosa lo que proponen varios gurús de la economía mundial, como Rubini por ejemplo, cuando dicen que hay que bajar precios y salarios. La reducción del sector público y de su demanda generará una reducción de los salarios y de los precios. Todo lo demás es esta inflación, no de los precios en general o de la vivienda u otros activos en particular, sino de las cifras de los planes de rescate que hace ya tiempo que no se sabe si son grandes o pequeños porque, en cualquier caso, no es que sean insuficientes, es que son ineficientes.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

lunes, 10 de mayo de 2010

El problema no es de deuda

Ya ven la semana que hemos pasado: una caída de casi el 14% en el índice bursátil Ibex 35 y un incremento de la prima de riesgo española que la ha puesto en máximos históricos. Nunca España, desde que pasó a formar parte de la unión monetaria, había pagado tanto por su deuda pública en términos relativos. Ahora, los principales dirigentes europeos y mundiales están muy azorados intentando solucionar el problema que califican de falta de confianza, y apuntan a una medida que es difícil que dé los resultados que esperan: un fondo de apoyo a los países en problemas financiado por los demás. Esto no es solución. El problema de España es un buen ejemplo de por qué.

No es nuestro Estado el más endeudado, pero el ritmo de crecimiento de su déficit, la cantidad en que se incrementa nuestra deuda todos los años porque los ingresos públicos son menores a los gastos, siembra dudas sobre la capacidad de España de devolverla. Dicho para andar por casa: un rico puede deber mucho, aunque gaste mucho, si sus ingresos le dan para pagar sus elevados gastos y aún le sobra para hacer frente a los intereses de su deuda y un poco más. Un pobre no puede deber aunque gaste poco, si sus ingresos apenas le dan para cubrir sus necesidades. No se trata pues de que haya un garante de la deuda pública emitida en Europa, como parece que se pretende ahora. O siguiendo con el ejemplo, de que los ricos avalen a los pobres. Se trata de saber si, una vez descartada la capacidad de los pobres de hacer frente a sus compromisos, los ricos podrán asumir los mismos.

En términos más técnicos, los mercados se preguntan si los garantes de la deuda de los países con problemas podrán hacer frente a la misma. Crear fondos y avalarnos los unos a los otros no servirá de nada si al final no se puede pagar la deuda. Por lo tanto, el problema no es de deuda -cuánto debemos y quién- sino de déficit -¿se podrá pagar?-. Las medidas que necesitan los mercados para recuperar la confianza son de austeridad. No les vale que los estados refinancien continuamente su endeudamiento; quieren ver que gastan menos que ingresan y que pueden pagar. Es decir, que ellos -los mercados-, que somos usted y yo como partícipes de un fondo de pensiones o de inversión, por ejemplo, pueden recuperar su inversión.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

viernes, 7 de mayo de 2010

Por qué el Estado sí es el problema

Como es viernes, ya saben lo que les toca: aumentar su cultura económica con esta recomendación que les voy a hacer. Vayan a la librería o a la biblioteca y háganse con este libro. Es, además, muy barato, apenas 4 euros y, sin embargo, no es pequeño, por lo que pocas veces comprarán tantas páginas de interesante lectura por menos precio. Casi 100 páginas por euro, menos consumo que un triciclo. El libro, de Thomas Woods, se llama Por qué el Estado sí es el problema. Y se subtitula Una reflexión sobre la Iglesia y el mercado. Porque, como dice el autor, los papas hasta el Concilio vaticano II han sido muy críticos con la libertad de mercado, probablemente porque, añade, su indubitable santidad no les hacía inmunes al error científico en materia económica.

Sin embargo, es claro que las manifestaciones equivocadas en materia económica de los papas, sí sembraron de escrúpulos innecesarios a buenos católicos que ejercían las actividades económicas. Probablemente el problema estuvo, por un lado, en el olvido en que cayó nuestra Escuela de Salamanca, un grupo de escolásticos del Siglo XVII y comienzos del XVIII, que habían estudiado con el amor a la verdad que sólo los hombres de fe tienen, la ciencia económica. Por otro, porque los denominados liberales del siglo XIX tenían mucho de comecuras, y con la excusa del libre mercado se expropiaron muchos bienes de la Iglesia sin compensación.

Sin embargo, la defensa de la propiedad, la tradición y la familia, que son las bases de un orden económico justo, no ha tenido mayor defensor que la Iglesia a lo largo de la Historia. Aquellos viejos liberales revolucionarios y jacobinos devinieron en totalitarios, y la palabra liberal, en su acepción más bondadosa, sólo tiene sentido entre hombres que creen en la misericordia divina. Así que ya saben, Por qué el estado sí es el problema, 4 euros por casi cuatrocientas páginas, de Thomas Woods.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

jueves, 6 de mayo de 2010

El fútbol y la LORCA

Recordarán ustedes que hace unos años la mayoría de los clubes de fútbol de primera división estaban en situación de quiebra o, al menos, de suspensión de pagos. De hecho, un par de clubes -el Sevilla y el Celta- fueron descendidos a segunda por su situación económica, y los paisanos correspondientes se manifestaron e, incluso, marcharon a Madrid a exigir al Gobierno de la Nación que corrigiese la situación. Y lo hizo ampliando el número de clubes que disputarían el campeonato de primera división en la temporada siguiente.

Da gusto ver que el Gobierno es sensible a las verdaderas demandas de la calle. Y no lo digo con sorna, son las verdaderas porque parece que son las únicas por las que la gente se manifiesta. Como consecuencia de todo aquello, los clubes de fútbol se reconvirtieron en sociedades anónimas salvo los dos grandes que han continuado con su forma de club. Así, sólo los que tenían patrimonio suficiente pudieron continuar como clubes, mientras que los demás pasaron a manos privadas con accionistas, consejos de administración y juntas generales, pero, sobre todo, con el establecimiento de riesgos para los socios que decidieron capitalizar las nuevas sociedades y que arriesgan desde entonces su capital.

Y ustedes me preguntarán que por qué les hablo de fútbol si esto es un blog sobre Economía. Pues miren ustedes, por no hablarles de Cajas de Ahorros, porque al paso que vamos se va reproducir en este sector -el de cajas- lo mismo que en el sector del fútbol: que sólo queden dos sin forma societaria y ya se van imaginando dónde. Lo que ha fracasado, sin embargo, no es la institución de la fundación dedicada al negocio bancario, la caja de ahorros, sino la Ley de Órganos Rectores de las Cajas, la LORCA, con la que nos dotamos hace veinticinco años y que era necesaria para dar cumplimiento a la Constitución que puso al frente de estas instituciones a los políticos regionales. Ya ven que todo lo común, como en el siglo XIX con la desamortización, se ha gestionado mal para al final privatizarlo como única solución. Y todo ello en aras del progreso.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Poner puertas al campo

La semana pasada, el Gobierno griego prohibió los cortos sobre su deuda pública. Dicho así, o de otra manera -las ventas en descubierto o las posiciones cortas-, la verdad es que uno no entiende muy bien qué prohibió. Mi opinión es que no prohibió nada, porque es difícil poner puertas al campo y la prohibición de que les hablo tiene esas características. Los intermediarios realizan operaciones en las que generan posiciones cortas como modo de especular a la baja, es decir, para aprovechar las caídas en el corto plazo del precio de un activo. Hay muchas maneras de generar una posición corta. Les cuento algunas.

Una es pedir prestados, por ejemplo, bonos griegos si uno cree que van a caer de precio, y venderlos inmediatamente. Como hay que reponerlos al prestamista, lo que se pretende es recomprarlos por un precio inferior antes de su restitución. Otro modo es prestar dinero a un tercero, exigiéndole como garantía bonos griegos, por ejemplo, e inmediatamente vender los bonos que nos ha dejado en garantía con la intención de recomprarlos más baratos antes de su devolución. Otro modo es simplemente vender los bonos griegos pactando la entrega de los mismos en una fecha futura en la que se recibirá el precio. En este caso, hay que comprarlos antes de la venta y lo que se espera es, de nuevo, hacerlo más barato de a lo que se han vendido.

Se me ocurren otros modos y a los operadores en los mercados, muchas más. Por eso es difícil controlarlo. Pero además, prohibir la operación ya demuestra que el propio gobierno griego no confía en el precio futuro de su deuda, porque si estuviera seguro de que sus bonos subirán de precio, dejaría a los desalmados especuladores hacer la operación y equivocarse sufriendo cuantiosas pérdidas. En España se prohibieron las posiciones cortas en depósitos en pesetas en 1992 y, al final, hubo que devaluar tres veces entre junio de ese año y la primavera de 1993, y por un 25%. La verdad es que aprendemos poco de la Historia.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

martes, 4 de mayo de 2010

La Bolsa nos afecta a todos

Es posible que algunos de ustedes piensen que las caídas de los valores en los mercados financieros no les afectan o lo hacen muy poco. Incluso, es posible que se alegren pensando en ese grupo, que nadie sabe por quién está formado, que son los especuladores que, junto con los fascistas -otro grupo de difícil definición-, concita todos nuestros odios hoy en día, está arruinándose. Sin embargo, la caida le afecta y mucho aunque no invierta en mercados financieros. De manera muy directa le afecta si usted tiene constituido un fondo de pensiones, pues los activos en los que invierte ese fondo se habrán depreciado, y no sólo los de renta variable -las acciones-, sino también los bonos y, entre ellos, los públicos. Le afecta porque el coste de endeudamiento del Estado español está subiendo, y los intereses de la deuda pública ya se imagina quién deberá pagarlos al final, y le afecta porque si los mercados le suben el tipo de interés al Estado, también lo subirá a las empresas que tendrán menos beneficios, por un lado, e invertirán menos, por otro. Y necesitamos que las empresas inviertan para crear empleo.

Los odios africanos de nuestras autoridades se desatarán contra ese termómetro de su actuación en lo económico que son los mercados, y se desatarán contras esos mismos mercados, los especuladores o como quieran llamarlos, porque será una señal de su incapacidad. Así que dichas autoridades exigirán más control de las actividades financieras -porque donde no hay libertad nadie expresa su malestar-, aunque sólo sea vendiendo deuda pública y exigiendo que se le pague más si lo que se quiere es que financie a un gobierno manirroto e irresponsable. Incluso, si usted no tiene fondo de pensiones y no paga impuesto sobre la renta porque sus ingresos son muy bajos, le afecta porque paga IVA, y se lo subirán más, y recibe servicios públicos, presentes y futuros, que se pueden deteriorar rápidamente si el Estado necesita pagar más intereses para cubrir su deuda.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

lunes, 3 de mayo de 2010

Esto lo arreglamos entre todos, pero sin ellos

La mentalidad intervencionista en la que estamos inmersos nos paraliza. Todo lo esperamos del Estado y de las autoridades. Éstas nos han colocado la idea de que la situación económica depende de ellos. Así, cuando las cosas van bien es su mérito y cuando van mal, aunque intentan echarle la culpa a otros, nosotros les exigimos las responsabilidades. La intervención pública en Economía no genera nunca riqueza pero sí puede, sin embargo, generar pobreza. La riqueza sólo la podemos producir usted y yo, si el Gobierno nos deja. Y eso es lo que tenemos que exigir: que nos dejen ser los protagonistas de nuestra vida económica.

No pida subsidios ni ayudas, pida que le bajen los impuestos. No pida que le regulen hasta el paroxismo su actividad, sino libertad para contratar y tribunales que hagan cumplir los contratos. No permita que le repongan las pérdidas con dinero público al que por dolo o negligencia pierde dinero. Los sectores que más satisfacciones nos han dado a los consumidores, menos costes nos han supuesto a los contribuyentes, y menos responsabilidades les han exigido a las autoridades, son los menos intervenidos. La intervención, bajo la excusa de ayudar, concentra el poder político económico en unas pocas manos que se retroalimentan: las de los grandes beneficiarios de las ayudas públicas y las de los que otorgan dichas ayudas que todos pagamos. El mercado intervenido sólo es bueno para el que está cerca del poder y puede hacer partícipe a éste de sus problemas. El mercado libre es bueno para todos y, especialmente, para el más débil frente a lo que nos suelen decir, porque no hay hombre que no sea el mejor para algo.

Es verdad, como dice la campaña gubernamental, que esto lo arreglamos entre todos pero -y esto no lo dicen- sin ellos: el tipo de político que nos viene gobernando en las últimas décadas. Su suerte depende de usted más que de ningún otro, pero para eso exija que le dejen hacer y no espere nada de nadie. Todo lo demás, es lo que ha contribuido a que usted tenga la sensación de que la Economía es materia discutible, a diferencia, por ejemplo, de la Medicina. Y no es así.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.