miércoles, 26 de mayo de 2010

Hacia la argentinización de España (y II)

Últimamente me llaman muchos amigos y familiares para preguntarme si están seguros sus ahorros en sus respectivos bancos y cajas. No sé quién ha difundido la idea de que hay peligro en los depósitos de nuestros ahorros en las entidades financieras, pero no es cierto.

Yo no les voy a decir que nuestro sistema financiero es el más seguro del mundo, pero sí que no hay que temer. Les explico: nuestros ahorros están asegurados por depositante y entidad en 100.000€ por los fondos de garantías de depósitos, que son tres: uno para bancos, otro para cajas y otro para cooperativas de crédito que incluye las cajas rurales. Esto no es un seguro público. Estos fondos, aunque gestionados por el Estado, se nutren de las contribuciones realizadas durante años sólo por las entidades aseguradas y muy anteriormente por el Banco de España. Sin embargo, estos fondos no serían suficientes en una situación de problemas generalizados como los actuales.

La garantía está en el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, que puede llegar a aportar hasta 99.000 millones de euros para salvar el sector, previa emisión de la deuda pública correspondiente. La garantía está además en la política de la Unión Europea, que se ha comprometido a poner 750.000 millones de euros para que los estados miembros puedan hacer frente a su deuda. Visto así, como depositantes, no debemos temer mucho.

El problema de estas políticas es otro: los volúmenes de deuda son tan elevados, que se están financiando mediante la emisión de moneda por parte del Banco Central Europeo. Eso generará una inflación importante durante los próximos años y una pérdida de valor de nuestros depósitos, salarios y pensiones. Es una política que a mí me gusta calificar de argentina ,pero con una diferencia en nuestro favor: Argentina hubo un momento en que no pudo emitir pesos porque ya nadie se los aceptaba; Europa todavía puede seguir emitiendo euros aunque cada vez éstos valdrán menos. No despreciemos el ejemplo argentino, que sólo nos saca treinta o cuarenta años de ventaja en la aplicación de una política económica nefasta, y vayamos pensando en cambiar porque, como dice el tango, veinte años es nada.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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