lunes, 31 de mayo de 2010

A buenas horas mangas verdes

El sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), cuya página web -www.gestha.es- les recomiendo visitar de vez en cuando, publicó la semana pasada un interesante estudio sobre el nivel de endeudamiento absoluto y, lo que es más interesante, relativo o por habitante de los municipios españoles. El más endeudado, como ustedes saben, es el de Madrid, con mucho: más de siete veces más endeudado que el de Valencia, que es el segundo en términos absolutos, y un 65% más que el segundo en términos relativos que es Málaga.

Así, Madrid debe casi 7.000 millones de euros, unos dos mil por habitante o, lo que es lo mismo, algo más de 1,1 billón de pesetas, o casi trescientas cincuenta mil por habitante. Su Alcalde, señor Ruiz-Gallardón, de acuerdo con los aires de austeridad que comienzan a soplar entre nuestras autoridades, ha anunciado que a partir de ahora que finaliza el contrato de renting de su actual coche oficial, contratará uno nuevo por el que pagará sólo 7.500€ al año, por un automóvil cuyo precio de contado no llega a los 29.000 euros. Me parece bien. E incluso me habría parecido bien que el Alcalde hubiera venido disfrutando hasta la fecha, dada la importancia de la ciudad que gobierna, de un automóvil de no sé… digamos unos 60.000€, por el que hubiera pagado un renting de 15.000 euros anuales, más o menos. Pero no, el señor Ruiz-Gallardón venía disfrutando del uso de un automóvil cuyo valor era de 600.000 euros -cien millones de pesetas- por el que se pagaba un renting de 150.000 euros o 25 millones de pesetas anuales.

Con ese poco amor y respeto hacia las contribuciones de los ciudadanos madrileños, no me extraña que la deuda municipal haya llegado a los extremos que ha llegado. Y con una clase dirigente como ésta repartida por todas nuestras administraciones, no me extraña que las finanzas públicas españolas estén al borde del desastre. Ahora podemos recortar los gastos todo lo que queramos, pero el exceso de gasto de estos años atrás financiado con deuda pública, lastrará la recuperación de España varios años. Cuando vean al señor Ruiz-Gallardón recuerden que con sus impuestos no sólo están pagando el coche que utiliza ahora, lo que es razonable, sino que todavía están pagando el último que utilizó, lo que no lo es tanto.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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