viernes, 5 de febrero de 2010

Sindicatos ¿para qué?

Hemos llegado al viernes y voy a recomendarles un libro de Federico Hayek. Y con éste van tres, pero es que no me he podido resistir cuando repasando en mi biblioteca he visto el título: Sindicatos ¿para qué? Han leído perfectamente: Sindicatos ¿para qué? Es un libro corto, apenas cien páginas, que contiene dos interesantes artículos que cuestionan el papel de los sindicatos en las sociedades libres.

Al fin y al cabo, y España es un buen ejemplo, los sindicatos que han conseguido institucionalizarse son aquellos de raiz marxista, defensores de sociedades totalitarias en las que el nivel económico del trabajador es muy bajo, por lo que la conclusión es obvia: no son los sindicatos los que han creado las magníficas condiciones de trabajo -en comparación con las de los países socialistas, de que gozan los trabajadores en los países libres-, sino el hecho diferencial entre los dos grupos de naciones: la libertad. Si los sindicatos hubieran alcanzado su objetivo de implantación del socialismo, estaríamos tan bien como en la antigua Unión Soviética y sus satélites.

En todo caso, habría que decir que las condiciones laborales en el mundo libre se han alcanzado pese a los sindicatos. España es, también, un buen ejemplo. Fíjense en el enorme empleo juvenil: un 44%, mientras los sindicatos siguen defendiendo a los trabajadores de determinados sectores; aquéllos que por tamaño, productividad o ayuda pública, pueden sostener liberados sindicales. Fíjense en la escasa diferenciación salarial en España: la más baja de la OCDE entre trabajadores con y sin titulación universitaria, y la mitad que la media, lo que reduce el incentivo al estudio. Y sin gente que estudie, ¿cómo quieren apostar por una sociedad del conocimiento? Pues nuestro premio Nobel de Economía favorito pone en duda muchas cosas, con argumentos similares a los que les he propuesto. ¿Por qué los sindicatos tienen que financiarse con dinero público? o ¿por qué puede utilizar la violencia de manera impune en muchas ocasiones? Así, que si quieren pasar un buen rato, ya saben: Sindicatos ¿para qué? de Federico Hayek.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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