jueves, 11 de febrero de 2010

¿La UE ayudaría a España?

Ya les conté en otra ocasión por qué es verdad que Grecia está peor que España pero España es para Europa el problema y no Grecia: al fin y al cabo la nación que alumbró la democracia es cinco veces menos que nosotros en términos económicos. Ahora parece que la Unión Europea va a rescatar a Grecia pero, y esta es la pregunta del millón: ¿estará dispuesta a ayudarnos a nosotros si finalmente lo necesitamos? Una ayuda para España que fuese la mitad en términos relativos que la griega, sería dos veces y media mayor en términos absolutos y, además, se sumaría a la ya hecha a favor de Grecia. Y eso es mucha ayuda incluso para Europa.

Alemania, que dado que es un tercio de la economía europea podemos decir que paga un tercio de los platos rotos por otros, comienza a dar síntomas de cansancio. Es cierto que el sentido de la responsabilidad que los alemanes manifiestan en la estabilidad de la moneda única, como antes lo hicieron de la suya propia, les fuerza a aceptar algo que no les gusta nada, pero también es cierto que pueden comenzar a cansarse y, como ya les anuncié un día, plantearse alternativas. Dado que a nadie puede expulsarse del mecanismo de moneda única una vez admitido, pero uno puede abandonarlo siempre que quiera… saquen ustedes las conclusiones.

En el sistema bancario del que nos hemos dotado -un único emisor público en régimen de monopolio, el Banco Central Europeo en este caso-, no parece que puedan caber varios estados con soberanía plena porque, lógicamente, hay incentivos claros a que unos estados hagan descansar sobre los otros sus errores. ¿Qué ocurriría si determinados estados comienzan a negarse a asumir estos errores? La demagogia no tiene fin, y un buen ejemplo lo hemos encontrado en nuestro Gobierno esta semana, echando la culpa de sus males a la confabulación de los mercados. Pues lo que ocurriría es que probablemente nos enfrentaríamos unos europeos con otros, azuzados por nuestros gobiernos. La manera más fácil de acabar mal con alguien es discutir de dinero.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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