jueves, 11 de marzo de 2010

Los planes de pensiones

¿Es vergonzoso tener un plan de pensiones privado? Parece que lo es. Pues a mí me parece que no. Y tener un plan de pensiones privado, aunque lo tenga el ministro de Trabajo no es una muestra de desconfianza al sistema público de pensiones. Es tan sólo una manera de ahorrar como otra cualquiera pero que disfruta de una serie de ventajas fiscales con las que el Estado lo potencia, a diferencia de otras formas como comprar deuda pública, una segunda vivienda, unas acciones… Como toda forma de ahorrar es un ejercicio de responsabilidad del que lo hace, que quiere asegurarse que es capaz de sostenerse por sus propios medios y sin resultar una carga para otros en el futuro.

Es una hipocresía que los políticos señalen a los que tienen planes de pensiones pero mantengan incentivos a los mismos. Si es una vergüenza que algunos tengan planes de pensiones privados, ¿por qué los incentiva? Y que conste, que su incentivación no me parece un reconocimiento de que haya problemas con el sistema público. Los problemas en el público deben ser independientes de que existan o no sistemas privados. Lo que sí sería interesante es que, a diferencia del sistema actual que nos hace prisioneros de los productos que los bancos y las aseguradoras nos ofrecen como planes privados de pensiones, porque son los únicos que gozan de determinados beneficios fiscales, el sistema fiscal permitiera que cada individuo delimitara el perímetro de activos a los que quiere dedicar su ahorro de cara a su jubilación, y que la adquisición de los mismos gozara de los incentivos fiscales que ahora sólo reconocen a los planes de pensiones privados como los conocemos actualmente.

No les cuento nada que no exista en otros países. En cualquier caso, que la gente ahorre ni es vergonzoso ni demuestra tendencia política alguna, sino sentido común, y merece la admiración de todos los demás. Sin embargo, ya vieron ayer que el inquilino de La Moncloa afirmó que no tenía, cuando hace unos años dijo que sí, y todo porque ahora ahorrar para la vejez parece que no es progresista. Sobre todo cuando se tiene el futuro asegurado, por lo que se ve.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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