viernes, 26 de marzo de 2010

Estado contra Mercado

Es viernes, así que ya saben lo que les toca. Hoy les voy a remitir a un texto de un conocidísimo economista por su participación en los medios de comunicación: mi admirado profesor Carlos Rodríguez Braun. Ya saben, ese amable hispano argentino que siempre nos pregunta cómo nos va a pesar del Gobierno. En esta ocasión les voy a recomendar un texto que publicó hace tiempo, diez años, pero que ahora está más en boga que nunca y que todavía pueden conseguirlo en las librerías, según me consta.

El texto es Estado contra Mercado, que además tiene la ventaja de ser un texto que se lee fácilmente en un fin de semana. El profesor Rodríguez Braun es claro en sus escritos y sorprendente en sus conclusiones, y siempre les arrancará una sonrisa. En el fondo les demostrará que para combatir el intervencionismo excesivo que padecemos, lo primero que necesitamos es emplear bien el lenguaje y no dejarnos atrapar por la dialéctica destilada durante todo el siglo XX por los totalitaristas, y que actúa como una auténtica trampa en la que muere la lógica.

Es claro que todo el espectro político actual, sólo lo que los políticos instalados llaman extremos, se salvan, participan de una mentalidad común según la cual el poder político no sólo representa el bien común, sino que lo conoce y sabe cómo alcanzarlo cuando a la vista de lo que ocurre no es así. Pero como son inasequibles al desaliento, si usted lo denuncia le dirán que les faltaron los instrumentos, que necesitaban más intervención, más Estado, para alcanzar sus objetivos porque siempre aparece el mercado para fastidiarles sus planes. Ya saben que el mercado es para los intervencionistas como el mar para un niño que pretende meterlo en una piscina. Y así no hay modo de ordenar la sociedad según su visión. Así que no lo olviden; léanse Estado contra Mercado del profesor Rodríguez Braun.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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