lunes, 25 de enero de 2010

La prima de riesgo española

Ya han oído ustedes que la prima de riesgo de la deuda española se ha disparado como consecuencia de las incertidumbres que tienen los inversores sobre nuestras finanzas públicas. Los últimos datos hablan de 62 puntos básicos respecto de la deuda pública alemana. ¿Esto qué significa? Pues que nuestro Tesoro tiene que pagar un 0,62% más de interés anual a los inversores que deciden suscribir o invertir en bonos públicos españoles de lo que paga el Tesoro alemán a los inversores que lo hacen en bonos de dicha nacionalidad. A finales de 2005 no había tal diferencia, y aunque en las últimas semanas ha subido algo, también es justo decir que hace diez meses la diferencia era mucho más alta: unos 120 puntos básicos.

Pero volvamos al tema: un 0,62% anual no es una broma. Son más de 2.200 millones de euros anuales que nos cuesta la desconfianza que genera la gestión que de nuestras finanzas públicas hace el Gobierno, o lo que es lo mismo, unos 70 euros por español y año; unos 280 euros por familia. Así, ya sabe que 200 de los euros que paga su familia al Gobierno en forma de impuestos no van sino a tapar su impericia. Esos 280 euros van a calmar la desconfianza de los inversores sobre la deuda pública que emite España. A esa cantidad sume otros 25 euros por español y año, o 100 euros por familia, para el sobrecoste de la deuda pública de los ayuntamientos y comunidades autónomas.

Y lo que es más sorprendente, no sólo pagamos más que los alemanes, sino que también pagamos más que los italianos (7 puntos básicos) cuando la calificación de su deuda es peor que la española, lo que sólo puede explicarse por una desconfianza muy acusada hacia el equipo económico el Gobierno. Sin embargo, el efecto de esa prima de riesgo no se circunscribe a las cantidades que les he dicho sino que afecta, como es lógico, a todas nuestras empresas, puesto que los mercados, al deudor al que menos cobran es al Estado y el tipo que aplican a las compañías privadas siempre es superior a éste. Así que fíjense la importancia que tiene ese 0,62% y las actuaciones de nuestras autoridades económicas.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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