jueves, 14 de enero de 2010

Cuidado con el totalitarismo del acreedor único

Más de 46.000 millones de dólares ganó la Reserva Federal -el banco central de los Estados Unidos- en el ejercicio 2009. A algunos esto les parece paradójico estando el sector financiero como está, pero era, sin embargo, de esperar. Vamos a ver por qué.

Ya les he contado en otros artículos que, para pasar el trago de la crisis financiera que se desató en el tercer trimestre de 2008, los bancos centrales acudieron a la política de aumentar la liquidez en los mercados, esperando que los bancos privados la hicieran llegar a las empresas. En el caso concreto de la Reserva Federal, la FED, esto se ha manifestado en un incremento casi por tres del tamaño de su balance, o lo que es lo mismo, en el importe de la liquidez puesta a disposición del mercado.

Sin embargo, como muchas veces comentó sorprendido el presidente de la FED, el señor Bernanke, los bancos privados tomaban los fondos y los aplicaban, bien a rescindir sus deudas, o bien a depositarlos en la propia FED. ¿Y por qué actuaban así? Pues porque no querían correr los riesgos de insolvencia propios de su actividad y que en esos momentos aparecían como muy elevados. Consecuencia: la Reserva Federal comenzó a prestar directamente al sector privado. Los tipos cayeron, pero el volumen de crédito de dicha reserva al sector privado aumentó estratosféricamente.

He denunciado que, por este sistema, los bancos centrales iban a convertirse en los únicos financiadores de la economía con los consiguientes peligros, no sólo para la economía, sino para la libertad en general. Con estos hechos, no son sorprendentes los beneficios cosechados por la FED: aunque el tipo de interés haya caído, los ingresos han subido mucho como consecuencia del incremento del volumen prestado. Ahora esperemos a que el Banco Central Europeo publique sus resultados. Ya verán como son magníficos también. Esto ayudará a enjuagar los déficit públicos de los Estados.

Ya ven, ahora los Estados no se financian con impuestos, sino con intereses, pero esto es muy, muy peligroso porque, al margen de los problemas derivados de la manipulación del tipo de interés por debajo del de mercado, siempre es peligroso el monopolio, y especialmente el crediticio. El totalitarismo también se alcanza a través del acreedor único.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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