lunes, 6 de septiembre de 2010

El próximo exministro de Trabajo

Ya estamos casi todos de vuelta, y la verdad es que no sé qué contarles este primer día de curso, pero les recomiendo un par de cosas: la primera, que no se crean eso del síndrome post-vacacional porque es mentira. Esto que nos pasa a usted y a mí, y por lo que nos cuesta tanto arrancar, se ha llamado toda la vida pereza, y contra pereza, ya sabe, diligencia. La segunda, no se dejen arrastrar por ese pesimismo actual tan en boga en los medios de comunicación por el que casi parece una desgracia haber acabado las vacaciones y enfrentarse a la pereza consiguiente a la vuelta. Lo que es una desgracia es no haberse podido ir de vacaciones y seguir sin trabajo, o encontrarse sin él, a la vuelta.

En este sentido, el que lo ha hecho de miedo, como suele decirse, es el señor ministro de Trabajo, que va a empalmar las vacaciones de verano con todo el mes de septiembre como ministro dimisionario. Así, cobra de ministro, pero no decide ni hace nada de ministro porque se va a ir y, de paso, los sindicalistas, que han convocado huelga para el 29, mientras mentan a su madre, aseguran al usufructuario de la Moncloa que la del próximo titular de trabajo se incorpora limpia e inmaculada. Todo un detalle.

Casi, casi se demuestra con todo este suceso que la cartera de trabajo no sirve para nada, como casi reconoció su titular hace unos meses cuando aseguró que casi no tenía competencias porque estaban transferidas a los gobiernos regionales. Así que como él no tenía casi competencias y los consejeros de las comunidades autónomas estarían pidiendo que les diesen más, sólo la República Sudafricana, con un 25% de paro, supera al campeón mundial de fútbol en desempleo, que supera ligeramente el 20%, entre las 42 principales economías del mundo. Pero no haga mala sangre con la política hoy que comienza el curso, ni durante este año. Espere poco de los políticos, su suerte depende de usted y poco va a cambiar en el corto plazo por la acción de éstos. Si está sin trabajo, busque, emprenda y fórmese. A los políticos exíjales mucho, créales muy poco o nada pero, sobre todo, no yerre con su voto en la próxima convocatoria electoral.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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