miércoles, 14 de octubre de 2009

Cosas Concretas

Algunos me han oído decir que me gusta hablar de cosas concretas, frente a la tendencia actual de hablar de cosas globales, interrelacionadas y complejas o, lo que es lo mismo: no hablar de nada para confundirnos. Y es que, como dice el gran Vittorio Messori, lo que no es concreto, no es católico, o, para los que no creen, lo que no es concreto, no es verdad.

Pues bien, vamos a hablar de cosas concretas. Las dos últimas páginas de la revista inglesa semanal The Economist suelen ser evitadas por los políticos españoles, sobre todo si están en el gobierno, por la misma razón que a los del Atleti nos cuesta mirar los lunes los resultados y la clasificación de la liga de futbol. Y es que la revista publica toda una serie de indicadores económicos, siempre los mismos, que vienen a ser algo así como la clasificación de las principales economías mundiales. La Champions League de la economía, que diría un aficionado. En dichas páginas salen 42 países, casi podríamos decir que la primera y la segunda división de la competición económica mundial. Por nivel de desempleo, sólo nos gana Sudáfrica con un 23,5%, mientras que nosotros tenemos un 18,5%, pero sin que peligre nuestra segunda posición, pues el tercero es Turquía, con un 13%. Tenemos también un puesto de honor, el tercero, en déficit público, sólo superados por Estados Unidos y Gran Bretaña, en este orden, y con los que constituimos el prestigioso grupo para el que se pronostica más del 10% de déficit antes de que acabe el año. Por déficit por cuenta corriente somos los primeros del mundo, casi un 7% sobre el PIB, pero hemos de espabilar porque Grecia nos pisa los talones.

Finalmente y respecto de la caída de la producción industrial, nuestra posición es más modesta y sólo ocupamos una séptima posición con casi un 17% de reducción, pero a escasa distancia de los mejores puestos. Lo más relevante es nuestra regularidad: salimos mal, se utilice el indicador que se utilice, y los he utilizado todos, a diferencia del resto de los 41 países. Tal vez deberíamos pedirle a The Economist que introduzca los países de tercera división, algo a lo que los del Atleti, sufridores pero con dignidad, nos hemos negado siempre, porque tenemos voluntad de gran equipo. Lo que no puede decirse siempre de nuestros políticos.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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