martes, 15 de octubre de 2013

Avance en la modelización de los activos

Ayer conocimos el nombre de los ganadores del premio Nobel de Economía de 2013, valorado en 8 millones de coronas suecas o algo más de 9 millones de euros, si lo preferimos desde la óptica nacional. Los vencedores de tal galardón han sido Eugene F. Fama, Lars Peter Hansen y Robert J. Shiller, tres estadounidenses cuyos estudios empíricos sobre el comportamiento del precio de activos financieros como acciones, bonos o activos inmobiliarios van a reportar, con cierta seguridad, un grado de avance a esta ciencia controvertida y dinámica como es la financiera.

Fama es profesor de la Universidad de Chicago y, según le definen, es el “father of modern finance” o “el padre de las finanzas modernas”, destacando sus estudios en relación al binomio rentabilidad-riesgo y sus implicaciones en la gestión de carteras.

Por su parte, Hansen es también profesor de la Universidad de Chicago, destacando su labor en la aplicación econométrica en modelos económicos. Shiller es profesor de la Universidad de Yale, tiene una obra muy prolífica en el estudio de los mercados financieros y la innovación financiera y es co–creador del índice de precios de vivienda Case–Schiller. Según palabras de la propia Real Academia Sueca de Ciencias.

“No hay manera de predecir el precio de las acciones y bonos en los próximos días o semanas. Pero es muy posible prever el curso amplio de estos precios durante períodos más largos, como los próximos tres a cinco años”.

Estas palabras no dejan a la imaginación que estos tres profesores han logrado modelizar una de las cuestiones más teorizadas en los últimos tiempos: ¿cómo va a evolucionar el precio de los activos financieros? Parece que no podemos contestar a esa pregunta cuando nos estamos refiriendo al corto plazo.

Sin embargo, según el trabajo de los galardonados, parece que finalmente todas las variables económicas y financieras que influyen en el precio de los activos tiene una base “real”, una base “tangible” que puede medirse y en la que no interactúa la voluntad y el ánimo humano.

Es decir, estos tres profesionales han llegado a la conclusión de que todo hecho tiene un porqué, incluso en el mundo financiero, algo que no parecía tan evidente en este ámbito, donde a veces ocurren sucesos con poca base probatoria a sus espaldas.

Tendremos más noticias en los próximos días acerca del trabajo desarrollado por estos tres profesionales, pero, a la vista de las conclusiones de la Real Academia Sueca de Ciencias, no hay duda de que la aplicabilidad de su labor científica va a aportar mucho en el sector financiero.

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