sábado, 19 de febrero de 2011

Reformas amarillas

Por fin el Gobierno aprobó esta mañana (ayer para ustedes cuando lean esto) el denominado Real Decreto para el Reforzamiento del Sistema Financiero. En el momento de escribir este artículo, poco después del Consejo de Ministros que lo ha aprobado, no disponemos del texto legal sino de la referencia que publica dicho consejo todos los viernes sobre sus acuerdos y, eso sí, de un magnífico archivo de power point de seis diapositivas, incluyendo portada. Sin embargo, algunas cosas podemos decir si luego el texto publicado en el BOR no desmiente a la referencia ni al power point.

El Gobierno nos indica que su motivación ha sido despejar las dudas sobre la solvencia de nuestro sistema financiero, mediante el aumento de los recursos propios (en concreto, el capital principal o core capital), y la reforma del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) con el objetivo de reforzar la solvencia y facilitar la canalización del crédito. Vamos a ver si esto tiene sentido. Facilitar la canalización del crédito, como dice el Gobierno, no sé muy bien qué quiere decir, porque los canales son los que son: las entidades de depósito (bancos, cajas de ahorros y cajas rurales). Si están obstruidos no es por falta de fondos propios, sino porque la liquidez no abunda en el mercado, y porque la solvencia de los posibles beneficiarios del crédito es, en esta situación de crisis, dudosa.

La liquidez, además, depende, en mucho si no en todo, de la política monetaria del Banco Central Europeo y no de nuestro Gobierno. Si por facilitar la canalización del crédito queremos decir que el crédito va a fluir más abundantemente tras el aumento de los requerimientos de recursos propios, y en concreto del core capital, al sistema, esto es literalmente falso. Un aumento de dichos requerimientos es una reducción de la capacidad de endeudamiento de las entidades, lo que es lógico porque estaban sobreendeudadas. El incremento de dicho capital principal sólo quiere decir que de cada 100€ que las entidades prestan a partir de ahora 8€ los tendrán que poner sus accionistas, o al menos no ser exigibles por ningún tipo de acreedor, en lugar de 2€ como era hasta ahora. Visto así, las entidades han pasado de tener un apalancamiento (relación entre acreedores y patrimonio neto) de 49 a 1, a uno de 11,5 a 1.

Así, para cumplir con el nuevo nivel de apalancamiento, las entidades sólo tienen dos vías: aumentar core capital o reducir crédito, o una combinación de ambas políticas. Como conseguir tantos recursos para su patrimonio neto va a ser difícil -máxime cuando hay que financiar, además, los vencimientos de deuda pública y de las entidades, y el déficit público- el crédito, insisto, se reducirá. Y los tipos que se aplican al mismo, subirán. Lo que no facilitará la evolución de la morosidad.

Por otro lado, el Gobierno nos dice, como les indicaba antes, que las medidas son para despejar las dudas sobre la solvencia de las entidades. La obligación de incrementar el capital principal hará más solventes a las entidades, no cabe duda, pero lo que necesitaban los inversores no es que se aumente la solvencia futura, sino que se reconozcan las pérdidas pasadas y, en su caso, se repongan fondos en el caso de que sea necesario. Parece que se ha hecho al revés: pongan fondos, reconocemos pérdidas y luego ¿qué?…si sigue faltando habrá que reponer pero hasta los nuevos límites, muy elevados en comparación con los que se exigen en otros países, lo que colocará a las entidades españolas en mala situación para la competencia internacional. Al fin y al cabo, Basilea III exige estos niveles de composición del capital que exigimos ya en España a partir de 2019. A pesar de todo, mejor esto que nada si no fuera por la nacionalización, que concentrará en manos del Gobierno el mal uso que de su poder han hecho los gobiernos regionales, y todo por no haberse puesto las autoridades centrales antes rojas que ahora amarillas.

Y admítanme un consejo: desconfíen siempre del Gobierno.

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